lunes, 4 de noviembre de 2013

¿Qué aprendí en este módulo?

El recorrido por otros blog viendo las preguntas de otros compañeros me permitieron ir plasmando ideas sueltas pero que (re)leyéndolas en buena medida me ayudan a responder mis propias preguntas. Reafirmo la necesidad de pensar el por qué dicto un contenido y para qué es socialmente significativo, la importancia de pensar tareas / actividades donde ese contenido se ponga en juego y una cuestión fundamental: la evaluación atraviesa toda nuestra propuesta. Pensar sobre la evaluación supone reflexionar sobre la totalidad de nuestra propuesta pedagógica, incluyendo los supuestos conceptuales que la guían.

Algo de esto me di cuenta surgía cuando escribí las preguntas. ¿Por qué estas preguntas? Vi que algunas estaban más vinculadas a los textos y otras no tanto (no directamente). Pero al mismo tiempo, me parecían no sólo pertinentes, sino además las que me atraviesan hoy.

Aún me queda picando el tema de si hay “algo” de lo presencial que no se construye de igual forma en lo virtual (¿pero no se puede de otra?). Hay algunas cuestiones vinculadas a la confianza, que además podemos vincular al “oficio de ser alumno” (una cultura interiorizada) que veo es necesario tener en cuenta y, además, buscar la forma de trabajar. Esto en instancias que combinan lo presencial con lo virtual parece posible, ¿pero como hacerlo en lo virtual?, ¿hemos hecho quienes participamos de este curso ya un “clic” que nos permite vincularnos y buscar el diálogo con el otro como una cuestión de relevancia o es por la propuesta o están en juego ambas cosas?

Por otra parte, también tengo la sensación que hay cierta cuestiones vinculadas a lo “experiencial” (me imagino algunas dinámicas concretas, que dejan en el cuerpo una vivencia) que no son sustituible por lo tecnológico, pues las tecnologías “median”. Pero al mismo tiempo, a la vez posibilitan otras cosas (otras vivencias). Más aún, en la intervención de Alfredo en un momento pareciera que esa vivencia, esa hacer el experimento sería clave, pero luego analizando la práctica concreta plantea que habría que pensar si un video bien realizado no habilita una visualización mejor. ¿Es lo mismo “hacer” que “visualizar”?


Ahora me surge la pregunta por algunas herramientas y experiencias concretas que me permitan seguir reflexionando sobre mi experiencia. 

5 comentarios:

  1. Hola Javier, coincido totalmente con vos en pensar que la evaluación atraviesa totalmente nuestra práctica.

    Me pregunto igual que vos, si todo lo presencial puede transmitirse en forma virtual y hoy mi respuesta es no.
    Si pensamos en el planteo que se hizo Alfredo, respecto a si las prácticas de laboratorio podrían ser reemplazadas por un video, creo que por más que el video muestre cómo armar el aparato, cómo se manipulan los reactivos, etc. la posibilidad de indicarle in situ a un alumno cómo hacerlo, nunca será reemplazado por la tecnología.
    ¿Cómo experimenta un alumno en forma virtual cuál es el excipiente ideal para comprimir una determinada fórmula? ¿Cómo indicarle si no es por su propio tacto, cuál es la humedad ideal? Puede un video mostrar la apariencia que tendrá el granulado a comprimir, pero el alumno no podrá tocarlo y comprobar posteriormente la friabilidad del comprimido.

    Quizás esta respuesta la de por falta de conocimientos de las posibilidades que pueden ofrecernos las herramientas de una educación virtual, ya que para los casos anteriores, la práctica no puede reemplazarse por videos, applets o simuladores.

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  2. Hola, yo tampoco pienso que lo presencial pueda transmitirse en forma virtual: perder la comunicación gestual es mucho. Sin embargo, por mi experiencia de contestar preguntas de alumnos por mail, noto que se genera un vínculo y una relación “humana”, a pesar de que suele criticarse a lo virtual por ser “frío” y “despersonalizado”.
    Hay alumnos que en clase no dicen una palabra pero en lo virtual se explayan con una confianza y entusiasmo inusual; y en lo que a mí se refiere, siento que se crea un vínculo en el que se ganan cosas a pesar de que se pierdan otras.
    Además, mientras pensaba estas ideas, y tal vez a costa de irme un poco por las ramas, observé la comunicación virtual no es algo nuevo: pensemos en la comunicación epistolar, hay grandes obras literarias de cartas entre científicos, artistas o amantes. A través de las cartas se generaban vínculos fuertes y se transmitían ideas profundas entre gente que tal vez nunca se veía en persona.
    También había cursos por correspondencia, que no sé si eran bueno o malos, pero los había.
    También recuerdo que cuando era chico, había cadenas de postales donde se comunicaba gente de todas partes del mundo.
    Quiero decir, la comunicación virtual ya estaba, y con el potencial de ser rica y “humana”, sólo que ahora es instantánea.
    Saludos.
    Eduardo

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  3. Hola Javier!
    Me encanta tu primer párrafo!
    Y Coincido totalmente con Patricia sobre el in situ.
    Quizás desde nuestra área la respuesta siempre sea más directa ya que nos dedicamos a ciencias experimentales. Y muchísimas veces esa experimentación es imprescindible!!! Porque se desarrollan también habilidades desde el hacer material... Estaba por decir físicas o motrices... Es que mi mamá fue maestra jardinera y directora de jardín de infantes, y por eso tengo bastantes referencias o ejemplos también orientados así...
    Saludos!
    Caro

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  4. Me sumo al intercambio, creo que no tenemos que pensar en reemplazar, sino en complementar. Con la cantidad de alumnos que tenemos, es posible explicarles a cada uno y mostrarles los procedimientos, observarlos, hacerlos repetir, con solo verlos una vez es suficiente, siempre hacemos todos los pasos o nos detenemos a repetirlos, a veces un error en un paso crea una nueva alternativa o camino de resolución, la posibilidad de un video en un entorno virtual que repita el experimento/procedimiento real, le permitiria al alumno verlo en su casa, por ejemplo, repetirlo, detenerlo, recrearlo, insertar un comentario, etc, etc. Para seguir pensando.

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  5. TAmbièn voy a hacer un pequeño aporte sobre la cuestiòn de la equivalencia o no de la educación presencial y la no presencial.
    En mi opinniòn los códigos de comunicación son distintos, y eso hace de algun modo inconmensurables a las dos modalidades, si se me permite hablar de inconmensurabilidad de prácticas, en vez de la kuhniana inconmensurabilidad de paradigmas.

    Javier se presenta como "comunicador social" así que seguramente sabe mucho más que yo del tema, que saco a relucir mi desparpajo logorreico.

    La idea de lo "experiencial" que mencionás la pongo en correlación con un concepto que aprendí en mis épocas de aspirante a "crítica teatral": Jorge Dubatti se refiere al "convivio teatral" como una de las grandes particularidades del hecho escénico (http://www.casa.cult.cu/publicaciones/revistaconjunto/136/dubatti.htm) y yo creo que es una idea que puede generalizarse o extenderse para pensar la comunicación en entornos virtuales. Seguramente no estoy descubriendo la pólvora, pero yo no logrè encontrar literatura sobre el asunto todavía.

    Apunto a que justamente lo que puede faltar en una interacciòn mediada por TIC, especialmente cuando es asincrónica, es este convivio, ese "estar ahí". lA dislocación, la paradoja, o el extrañamiento por la ausencia, eso que nos hace preguntarnos una y otra vez què tienen de igual y de distinto la virtualidad (que no es tan virtual como podría entenderse literalmente) y la presencialidad (que no es tampoco tan literal... quién no se topó con esas personas "como ausentes") radica, en mi opinión, en que usamos códigos antiguos, convencionales, para pensar procesos que responden a lógicas distintas....

    pequeños disparates que me atrevo a compartir. saludos y la seguimos

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