martes, 26 de noviembre de 2013

Comparación rúbricas


Lo primero, es que elegimos una misma escala (de regular a excelente). Luego,  si bien varias de las categorías también son similares en su nombre, la descripción que hemos realizado varía. Por ejemplo, en presentación de los platos yo elegí especificar varias cuestiones a tener en cuenta, mientras que Alfredo señalaba cuestiones más “abstractas”. Y también hay pequeñas diferencias en lo que refiere a la cuestión de los tiempos.

Luego, en mi caso opté por enfatizar la cuestión de la creatividad en el uso de los ingredientes; mientras que Alfredo también toma en cuenta los usos de los ingredientes, pero enfatiza más una cuestión racional del uso, antes que de creatividad, según entiendo.

También evaluamos cuestiones similares en las categorías organización (mi caso) y trabajo colaborativo (el suyo), aunque en esta oportunidad también opto por precisar algunos indicadores más concretos que los que veo en su rúbrica.

Finalmente, el usa dos categorías más, muy interesantes: presupuesto (entiendo bajo el supuesto que tenían un monto x a gastar), lo cual me pareció muy bueno. Y también me gustó mucho que planteara el “cumplimiento de buenas pautas de elaboración” que yo no tuvo ni cerca de pensar.


Creo que en esta comparación surge nuevamente lo que venimos discutiendo: la definición de las categorías es central, y ésta se vincula con los objetivos que nos proponemos y por lo tanto consideramos relevantes evaluar y la necesidad de ser claros en la redacción de los niveles (Alfredo tiene algunas cosas más claras que las mías, y yo otras tanta que él). También es interesante observar que a veces estamos viendo “cosas parecidas”, pero optamos por verlas “con matices”. 

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