Creo
que las reflexiones sobre el curso están concentradas en mi portfolio, el cual
los invito a visitar. Como señalaba, llegué al curso con algunas ideas y
preguntas y me voy con cierta certeza de un camino a transitar. Ahora, me
pareció interesante esta invitación de Carolina y Emilia a pensar en torno a laconstrucción de una comunidad de aprendizaje. Y sobre ello me voy a centrar.
Pienso que la propuesta
didáctica del curso es central para lograr esa comunidad de aprendizaje. Lo
primero, hay una intencionalidad
explícita de provocar esa construcción colectiva del conocimiento, que
actúa como un objetivo transversal.
Esto parece obvio, pero a mí entender no lo es (podríamos haber visto el mismo
contenido de otra forma). Acá hay una opción
política.
Segundo, hay una “operativización” de esta
propuesta política: una forma de
proponer el desarrollo de las actividades (la dinámica del curso), donde hay de manera “obligatoria” un trabajo
individual, el compartir con los pares, un comentario que se recibe y una
reelaboración de eso primero que hemos realizado. Por lo tanto, vemos que en el recorrido mismo propuesto lo individual y lo colectivo dialogan y
se enriquecen.
Lo tercero, la
construcción “del encuadre” en el cual esas prácticas se desarrollan. Para
mí las introducciones, las consignas, el transparentar porqué se pide algo, las
ventajas de ese hacer en conjunto, van construyendo un “universo de sentido”
con el cual dialogamos.
Desde lo “obligatorio”, entonces, se garantiza un
mínimo de intercambio, y éste genera un piso a partir del cual es posible “ir
por más”, que en buena medida dependerá del grupo concreto que curse.
Lo último, para mí, es cómo se para el docente y el rol que desempeña. Para mí algo muy
significativo es que nosotros hicimos muchísimo, sin la “aparente” presencia
del docente. Es decir, sin una presencia “omnipresente”. Nosotros tuvimos un
rol central.
Esto nos llama a pensar que el rol docente fue
central en pensar la forma de “facilitar la reflexión sobre evaluación”. Y para
ello hay que realmente conocer del tema, pues que hayamos formulamos preguntas
(que hablan de nuestros intereses) y explicitado nuestra forma de evaluar y los
criterios que usamos no es casual. Y que esas actividades se hayan vinculado
con “herramientas” concretas como blogs, formularios, rúbricas y portfolios (y
que las hayamos usado y pensado sobre ellas), tampoco es casual. Estas son
decisiones de un docente. Más aún, la elección del material a leer y su
significatividad es también una opción. En consecuencia, el rol docente ha sido
clave, central, vital, y sin embargo muy diferente al que muchas veces tenemos.
Con esto, no quiero decir que otro rol, otra forma
de desempeñarlo inhabilite totalmente la construcción colectiva, pero tal vez
la limita. En este sentido, me llevo sobre todo esta última cuestión a pensar,
pues mi primera experiencia en un aula virtual (este cuatrimestre), me encontró
con una evaluación muy buena, en la cual se destacaba la construcción colectiva
lograda, los aportes cruzados de los alumnos, el sentirse parte de un grupo,
etcétera; pero también un dato no menor, mi
omnipresencia en los intercambios, que al tiempo que los favorecía, también
los condicionaba. Y si bien en la reflexión general los alumnos no lo veían
como problema, sí me permito yo problematizar esta cuestión, para probar otra
cosa el próximo año y seguir pensando. En esta línea, el aporte de este curso
es también a esa reflexión que nació en mí como una nueva pregunta.